Después de tantas maromas oficiales y de dar información sesgada de la pandemia; después de tantas bombas lanzadas del atrio presidencial todas las mañanas, quién es el responsable de las de hasta hoy más de 23 mil muertos, más los que se acumulen.
Por: Adrián Martín Pineda Selvas*
López Obrador se ha auto declarado guardián de las próximas elecciones (declaración para reflexionar). Cuanta satisfacción hubiese dado si hace 4 meses, en vísperas de que el CORONAVIRUS llegará oficialmente a México -28 de febrero-, se hubiese declarado guardián de las vidas de los y las mexicanas, y no hacer lo que hizo, subestimar la letalidad del virus y dejar al albur, al azar, a la mediocridad, a la improvisación del INSABI y toda la 4T, la salud del pueblo al que tanto hace referencia.
Una de las desafortunadas declaraciones de López Obrador respecto del virus que ya contagió a la 4T, es que éste nos cayó como anillo al dedo. Me atreveré a especular del porqué de la declaración tan torpe; es indudable que una de las consecuencias de la pandemia será el desastre que dejará en la economía nacional, trayendo con ello, pobreza, que resentirá principalmente, determinados sectores sociales, como por ejemplo, ya está la advertencia que la clase media desaparecerá, y los pobres, lo serán aún más, cayendo en los que se llama pobreza extrema, y con el aumento de la pobreza, el mercado electoral para López Obrador aumentará, la clientela electoral será mucho mayor; ahora falta ver que con la nulas expectativas de crecimiento de la economía nacional, el dinero le alcance para repartir.
Más de 23 mil muertos después por COVID 19, es válida y necesaria la pregunta. ¿Cuántos contagios se pudieron haber evitado sí desde que se veía venir, la 4T, es decir, López Obrador, se hubiese autorizado realizar las pruebas virales para rastrear a quien estuviese contagiado y con mayor urgencia a los llamados asintomáticos, y después de haberlos detectados, aislarlos? Sin duda alguna la referida cantidad -23mil-, sería mucho menor, y no es que se haga magia para saber esto, sólo bastaba observar cómo actuaron los gobiernos de otros países -Alemania, Corea del Sur, Taiwan, Nueva Zelanda, por ejemplo-, a los cuales el virus atacó casi un mes y medio antes de que llegará al nuestro. Pero no, apegado a su política de la mal llamada austeridad, López Obrador prefirió hacer caso omiso a las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud, de hacer pruebas, pruebas y más pruebas, y decidió, vendado de los ojos, enfrentar la emergencia sanitaria.
Indudablemente, con haber realizados las pruebas aludidas, las posibilidades de que la famosa curva de contagios - y de muertos, claro está-, estuviese ya aplanada, serían mayores, queriendo decir esto que a más de 4 meses de iniciada la Jornada Nacional de Sana Distancia, la paralizada economía mexicana estuviera por abrirse con mayores posibilidades de éxito en su reactivación. Pero no, es más, el gran caudillo, hasta optó por boicotear la importación de pruebas que pretendía realizar el Gobierno de Jalisco, que tenía presupuestado hasta hacer 600 pruebas diarias desde el inicio de la emergencia sanitaria… fueron 20 mil pruebas que el Gobierno Federal la detuvo en la aduana.
Después de haber iniciado la pandemia; después de 23 mil muertos; después de que siempre de que se dijo que no era necesario el cubre bocas y a últimos días dije que siempre sí; después de tantas proyecciones fallidas; después de que de dijo que el 25 de junio el país regresaría a la normalidad, ayer, López Gatell, para no errar, dijo que la Jornada de Sana Distancia, se prolongará hasta 2 o 3 años; después de tantas maromas oficiales y de dar información sesgada de la pandemia; después de tantas bombas lanzadas del atrio presidencial todas las mañanas, quién es el responsable de las de hasta hoy más de 23 mil muertos, más los que se acumulen.
*Secretario de Atención a Personas con Discapacidad del CDE Veracruz.