Por: José Luis Negrete Ávalos
Secretario de Atención a Personas con Discapacidad
CDE Colima
A principios de 2020, el mundo fue abruptamente sorprendido por la aparición del virus (SARS-COV-2) o COVID-19, en la ciudad de Wuhan China, donde se confirmarían los primeros contagios y posteriormente la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertaría sobre la presencia del mismo, recomendando a los diversos países la necesidad de implementar acciones preventivas para evitar los contagios dentro de sus fronteras.
Todo esto con la motivación de preservar la salud de la población, considerando principalmente aquellos con un mayor riesgo de perder la vida; además, para evitar en lo posible la saturación y colapso de los sistemas de salud y la capacidad de respuesta ante virus letal.
Al cumplirse seis meses de que se diera a conocer el primer caso de COVID-19 en México, específicamente el 23 de febrero del presente, tanto el Gobierno Federal, como los gobiernos en los Estados, han buscado establecer como lo han hecho diversas naciones en el planeta, estrategias para hacer frente a esta enfermedad; que lamentablemente ha provocado miles de contagios y la pérdida de vidas.
Pero estas se vuelven ambiguas ante la presencia de la pandemia, por un lado se enfatiza que se cumplan todas las medidas para el cuidado de la salud, por otro lado mas allá de la implementación de semáforos o parámetros de medición, es verdad que los contagios se siguen contabilizando.
Ante esta situación de pandemia, las personas con discapacidad se enfrentan no sólo a los peligros que representa el contagio y los riesgos de la salud propia y de sus familias, también, los retos del confinamiento, entendiendo esto desde el aspecto económico y emocional que pueden afectar visiblemente.
Por ello es válido considerar, que esta pandemia trajo consigo algunos cuestionamientos sobre la respuesta que asume la sociedad al enfrentarse a esta; ¿ Somos capaces como sociedad de entender las implicaciones de esta pandemia? ¿Somos responsables con nuestra salud y por ende con nuestra vida?
Es complicado dar en sí una respuesta, puesto que es claro que la salud es importante, pero también es parte de la propia responsabilidad y de la sociedad en conjunto, a partir de que las estrategias para hacer frente a la pandemia por parte de las autoridades sean las correctas.